En
un país como España en el que algunas regiones disfrutan de una media de 300
días de sol al año, es difícil imaginar seis meses seguidos sin verlo. Vivir en
una semipenumbra constante durante seis meses es una idea casi exótica para
nosotros, y algo agobiante también. Lo pensamos mientras disfrutamos los
últimos rayos del verano, sabiendo que la luz solar no nos abandonará
completamente hasta que vuelva a brillar con fuerza la próxima primavera.
Sin
embargo, eso que nos parece tan curioso es un verdadero problema en algunos
países del norte de Europa, especialmente en los países nórdicos. Allí hay
regiones que se despiden del sol en septiembre y no vuelven a saludarle hasta
marzo. La falta de luz solar en esas zonas, sobre todo las más septentrionales,
limita la vida social de sus habitantes y aumenta el riesgo de sufrir el
llamado trastorno afectivo estacional, o en otras palabras, depresión invernal.
Un
sol arficial fabricado con LED
Eso
es lo que pensaron Lisa Pacini y Christine Istad dos artistas noruegas que
decidieron utilizar la tecnología a su alcance para llevar el sol a los
rincones de su país donde no llega durante el invierno. Junto con un equipo de
diseñadores, crearon un sol artificial: una gran bombilla circular de 3 metros
de diámetro, formada por miles de LEDs y dos cubiertas de PVC, sujeta sobre el
tráiler de un camión para transportarla de un sitio a otro.
La
iluminación de SUN, como han bautizado el dispositivo, es muy potente y el
color de los LED va cambiando de forma gradual, adoptando los mismos tonos que
vemos en el sol desde la Tierra: amarillo brillante, naranja, rojizo y lila.
Así, al ser visto mientras viaja de un lugar a otro, da la sensación de estar
viendo el sol real.
Como
parte de su proyecto, Pacini e Istad han viajado con su creación desde Oslo
hasta Tromso: 1642 kilómetros que recorren de sur a norte casi todo el país. El
viaje no fue fácil, debido al tamaño del tráiler y a las condiciones de la
carretera (viento, nieve y hielo eran compañeros viaje habituales). “En el
Círculo Polar el tráiler casi sale volando. El viento era tan fuerte que las
cubiertas de PVC vibraban como un diafragma”, cuentan en el vídeo que han
publicado sobre el proyecto. Otras partes del trayecto tuvieron que hacerlas a
bordo de un barco.
No
es casualidad de SUN vaya a pasar el invierno en Rjukan. Este pueblo situado en
la provincia de Telemark, se encuentra en el fondo de un valle, rodeado por
altas montañas que bloquean totalmente la llegada de los rayos del sol durante
los meses del invierno. Y este no es el primer proyecto que trata de llevar al
oscuro municipio algo de luz.
El
pasado mes de julio, Rjukan fue el escenario del Proyecto Espejo. En las cimas
que rodean al municipio, a 450 metros de altitud, se instalaron tres grandes
espejos, con la idea de que reflejen la luz, que sí llega allí arriba, y la
reboten hacia el fondo del valle, concretamente hacia la plaza central del
pueblo, donde pueda ser disfrutada por los vecinos.
Los
espejos, llamados heliostatos, se controlan por ordenador para seguir el
movimiento del sol. Así, cambiarán de ángulo de forma que el reflejo siempre
esté orientado hacia el pueblo. En línea con la sostenibilidad y el respeto al
medio ambiente de todo el proyecto, el movimiento de los espejos estará
impulsado con energía solar. A la espera de probar los resultados este
invierno, la idea quiere también convertirse en un reclamo turístico.
Después
de pasar seis meses al año en penumbra, la combinación del reflejo de los
heliostatos con los colores de SUN harán vivir a los habitantes de Rjukan el
invierno más soleado de Noruega.
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